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Safari fotográfico de aves alpinas



Además de la excursión de fotografía de aves subalpinas (roquero rojo, pechiazul, mirlo capiblanco), desde la Montaña de Riaño ofrecemos la posibilidad de fotografiar otro conjunto de especies exclusivas de alta montaña que habitan áreas aún más elevadas y, por lo general, de difícil acceso. Se trata de las aves alpinas: acentor alpino, gorrión alpino, treparriscos, chova piquigualda, que tienen una destacada presencia en el cercano Parque Nacional de Picos de Europa.
Estas aves habitan zonas muy aisladas donde no perciben al ser humano como un enemigo potencial, por lo que no rehúyen de su presencia, comportándose de forma natural a pocos metros del observador. Esto hace que la experiencia de fotografía sea muy intensa, emocionante y espontánea, totalmente diferente cada día.
Esta actividad se realiza en grupos de 1 a 4 personas, o en grupos de hasta 6 fotógrafos en el caso de talleres de fotografía.
Aves alpinas
Excursión de fotografía que se realiza en el interior del Parque Nacional de los Picos de Europa en zonas de alta montaña caliza por encima de 2200 m de altitud (actividad autorizada por el Parque Nacional). El acceso a la zona de fotografía requiere de un trayecto a pie, que resulta por lo general cómodo y nunca demasiado largo (en algunas temporadas puede haber nieve y se necesitan raquetas). Las aves en esta zona son muy confiadas, por lo que la fotografía se realiza mediante esperas en zonas apropiadas, dejando que las aves se aproximen al observador de forma espontánea.
Mayo a septiembre.
Luz de mañana.
7:00 a 13:00h.
4-6 personas.
La abundancia de nieve y la climatología de la primavera condicionan el acceso y las posibilidades de moverse por la zona de fotografía, lo que hace que habitualmente esta actividad sea posible a partir de finales de mayo o primeros de junio.
Junio es el mes clave para la fotografía de gorrión alpino, pues esta especie se desplaza a zonas aún más elevadas justo después de terminar la crianza de los pollos, a primeros de julio.
El treparriscos es una de las especies más complicadas de fotografiar, por su carácter nervioso y el tipo de hábitat que utiliza (pedrizas y paredes rocosas), pero en general se consiguen buenos resultados a partir de junio y hasta septiembre, cuando permanecen en las zonas de cría tanto los adultos como los jóvenes del año.
El acentor alpino y la chova piguigualda están presentes a lo largo de todo el año.
La recuperación del quebrantahuesos en Picos de Europa está permitiendo que su presencia sea cada vez más habitual siendo posible fotografiar algunos ejemplares en vuelo a veces a escasa distancia.
Los pechiazules se pueden fotografiar cantando desde lo alto de los piornos o de rocas con líquenes preferentemente en mayo y junio, coincidiendo a partir de mediados-finales de mayo con la floración del piorno serrano u oromediterráneo.
El roquero rojo se instala en la zona para anidar entre mediados y finales de mayo, con grandes variaciones de unos años a otros. Se fotografía desde esa fecha a mediados de julio.
El mirlo capiblanco es una de las especies más crípticas de la zona, pasando totalmente desapercibido la mayor parte del tiempo. Increíblemente es capaz de nidificar en la zona a partir del mes de abril, incluso cuando toda la montaña puede parecer cubierta de nieve. La mejor época de fotografía va de primeros de mayo a mediados de junio.