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Safari fotográfico de aves de alta montaña



Como complemento a la oferta de escondites de fotografía en los distintos ámbitos de la Montaña de Riaño, durante la época estival, habitualmente de mayo a julio, se ofrecen excursiones guiadas a zonas de alta montaña para la fotografía de aves tan exclusivas y atractivas como el ruiseñor pechiazul, el roquero rojo o el mirlo capiblanco. Estas especies, que encuadramos en el grupo de las aves subalpinas, nidifican en la Montaña de Riaño en valles y laderas a gran altitud (en torno a 1800-2000 m), donde alternan pastizales seminaturales, roquedos y manchas de matorral bajo (escobonales de piorno oromediterráneo) en medio de un magnífico paisaje con abundantes evidencias de su pasado glaciar.
La experiencia incluye una aproximación en vehículo todo-terreno por pistas de uso restringido (autorizado específicamente para la realización de la actividad). De este modo se accede cómodamente a la zona de fotografía, donde se utilizan hides temporales de tela y capas de camuflaje como medio de ocultación para pasar desapercibidos a las aves. A lo largo de la sesión de fotografía (con duración de media jornada), se alterna entre diferentes puestos con el objetivo de captar todas las especies-objetivo (pechiazul, roquero rojo, mirlo capiblanco), así como las principales especies acompañantes que habitan la zona: collalba gris, escribano montesino, bisbita alpino, acentor común, etc.
Algunas temporadas es habitual hacer también bisbita campestre, tarabilla común y curruca zarcera. El ambiente de alta montaña, con la luz y la meteorología muy cambiante, hace posible obtener imágenes muy diferentes y de gran atractivo a lo largo de toda la temporada, que se alarga especialmente en algunas de estas especies, extendiéndose hasta finales del mes de julio. La belleza escénica del entorno anima además a buscar imágenes en las que las aves formen parte del paisaje y no sean solo el protagonista absoluto de la foto.
Aves subalpinas
Luz de mañana y de tarde.
7:00 a 13:00h y 15:00h a 21:00h.
4-6 personas.
La presencia de nieve y la climatología durante el invierno y la primavera condicionan el acceso a esta zona de fotografía, si bien a partir de finales de abril o primeros de mayo ya suele ser posible llegar en todo-terreno a la zona más alta.
En abril se puede fotografiar a la bisbita alpino en el mejor momento de su plumaje nupcial, cuando los adultos lucen un tono anaranjado o asalmonado en las partes inferiores.
Los pechiazules se pueden fotografiar cantando desde lo alto de los piornos o de rocas con líquenes preferentemente en mayo y junio, coincidiendo a partir de mediados-finales de mayo con la floración del piorno serrano u oromediterráneo.
El roquero rojo se instala en la zona para anidar entre mediados y finales de mayo, con grandes variaciones de unos años a otros. Se fotografía desde esa fecha a mediados de julio.
El mirlo capiblanco es una de las especies más crípticas de la zona, pasando totalmente desapercibido la mayor parte del tiempo. Increíblemente es capaz de nidificar en la zona a partir del mes de abril, incluso cuando toda la montaña puede parecer cubierta de nieve. La mejor época de fotografía va de primeros de mayo a mediados de junio.